Querida comunidad diocesana:
Un saludo de fe, esperanza y caridad en Jesucristo, rostro de la misericordia del Padre, cuando se hace público, en este Año Jubilar de la Misericordia, que el Santo Padre se ha dignado nombrarme obispo de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol. En primer lugar, quiero agradecer al papa Francisco haberme confiado pastorear esta Iglesia particular sin ningún mérito por mi parte. Con este motivo, os pido una oración por él y por este vuestro servidor.
Me presento ante vosotros como misionero. Sabéis que soy misionero claretiano, hijo del Inmaculado Corazón de María. En el Espíritu de Jesús, enviado del Padre, asumo este precioso envío para hacer camino como pastor de la Iglesia de Mondoñedo-Ferrol con pasión, misericordia y esperanza fundadas en Jesucristo. Doy gracias al Señor, que me ha regalado una nueva familia en vosotros. Desde ahora os acojo en mi corazón y me comprometo a dejarme acompañar por vosotros y acompañaros para encontrar juntos a Cristo y dar testimonio de la fe, esperanza y caridad que nos reúne.